Es común pensar que a los gatos no les gustan que los toquen, ¡pero esto no es verdad! Los gatos son muy selectivos al recibir caricias. Para conocer más, sigue leyendo este #LivelongTip:
- Es fundamental dejar que el gato tome la iniciativa al iniciar una sesión de caricias.
- ¡Atentos a su lenguaje corporal! Observa para detectar señales de incomodidad y deja que el gato se vaya, que decida cuándo terminar la sesión.
- Nunca te excedas; respeta sus límites siempre.
Consejos para acariciar a tu gato:
- Ofrece caricias largas, suaves y a favor del pelo, nunca en contra del mismo.
- Sigue siempre la misma dirección y evita palmearle, golpearlo o pellizcarlo, aunque estés bien intencionado.
- Comienza por la cabeza, “peinando” con las yemas de los dedos la parte superior y la nuca.
- También puedes masajear suavemente la espalda, empezando en las escápulas y terminando cerca de las vértebras torácicas.
- Rasca suavemente las mejillas y la parte inferior de la barbilla, aunque estas zonas pueden reservarlas para personas muy cercanas.
Y recuerda:
- Evitar acariciar la barriga, la cola, las patas o las almohadillas, ya que a muchas veces no les gusta y puede que te den señales de rechazo.
- Ignorar estas señales puede hacer que el gato aumente la intensidad de advertencias, como arañazos o mordiscos.
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